domingo, 17 de febrero de 2013
BATALLA DE SALTA, TRIUNFO DE LA INTELIGENCIA, EL CORAJE Y EL AMOR
BATALLA DE SALTA: TRIUNFO DE LA INTELIGENCIA, EL CORAJE Y EL AMOR
de Javier Garin, el domingo, 17 de febrero de 2013 a la(s) 12:34 ·
En el Bicentenario de la Batalla de Salta -cuyo desarrollo relato con extensión en mi libro MANUEL BELGRANO, RECUERDOS DEL ALTO PERU-, quiero destacar algunas cuestiones muy significativas que ese gran triunfo patriota ofrece a la reflexión de la posteridad:
1) EL TRIUNFO MÁS COMPLETO DE LA GUERRA REVOLUCIONARIA: Si la Batalla de Tucumán fue -como vengo sosteniendo- la más importante de la emancipación librada en territorio rioplatense, por su impacto político, la de Salta fue el triunfo más completo obtenido por los patriotas.
Ambas batallas (mal que les pese a sus denigradores) fueron dirigidas por el gran general revolucionario Manuel Belgrano.
En Salta murieron 103 patriotas, pero se perdió TODO EL EJÉRCITO REALISTA: 17 jefes y oficiales tomados prisioneros en batalla, 481 muertos y 2776 rendidos. Desde el General Pio Tristan hasta el último soldado debieron entregar vergonzosamente sus armas (Belgrano excusó a Tristan de este penoso deber) y prestar juramento de no volver a tomarlas contra la Revolución americana.
Nunca hubo una victoria mayor.
Pero claro: ¿para qué enseñarles a los niños este gran triunfo, si no aporta nada al mito del "gran militar salvador"? Belgrano era un patriota civil: entonces hablemos del combate de San Lorenzo, que, aunque no tuvo ninguna importancia, sirve para mostrar en accion a un "verdadero militar" y no a ese "general improvisado" como los detractores todavía hoy llaman a Belgrano...
2) UN TRIUNFO DE LA INTELIGENCIA ESTRATÉGICA DE BELGRANO:
Si en la acción de Tucumán el propio Belgrano atribuye todo el triunfo a sus subordinados y al pueblo, y, con su modestia habitual, sólo se reserva el mérito de la decisión de combatir y de las directivas generales, no cabe duda de que la victoria de Salta es resultado directo de su capacidad como general.
El resultado no hubiera sido seguro a no ser por la resolución de Belgrano de cambiar el campo de batalla, que se le presentaba muy desfavorable ya que, por el camino desde Tucumán, estaba obligado a presentarse por el Portezuelo, fuertemente defendido por los realistas y con la desventaja del declive que exponía a las lineas patriotas al fuego de la artillería enemiga.
El salteño José "Chocolate" Saravia le informó, poco antes, que existía un camino alternativo por la quebrada de Chachapoyas, el cual no era usado pero resultaba practicable, aunque con dificultad. Dicho camino desembocaba en el Campo de Castañares, al norte de la Ciudad. Al seguir el mismo, Belgrano engañó y desorientó al enemigo, le cortó la retirada hacia Jujuy y planteó la batalla en un terreno más conveniente. Dice la tradición que Tristan, enterándose tarde de que los patriotas estaban al otro lado del cerro San Bernardo, al norte y no al sur como él creía -movimiento encubierto por hábiles maniobras de distracción-, exclamó incrédulo: "sólo que fuese pájaros"
Los patriotas no eran pájaros, pero tenían un general estupendo que los guió a través de aquella quebrada en medio de un impresionante diluvio.
El resto de la acción fue obra del valor criollo. Pero el triunfo ya estaba asegurado con la marcha estratégica. Despues vienen los denigradores habituales, que dicen: "esta batalla la ganó Fulanito o Menganito". Tonterías. La ganó el planteo inspirado de Belgrano.
3) TRIUNFO DEL CORAJE:
Por supuesto que hubo bravos combatientes como Manuel Dorrego y Cornelio Zelaya, cuyo extraordinario valor contribuyó a afianzar el resultado, o como el comandante Superi, cuyo poncho celeste, agitado a falta de bandera desde un campanario, anunció el éxito patriota a los que estaban fuera de la ciudad.
Los cultores de la mitología federal hablan de la actuación de Dorrego como si hubiera sido el único valiente. Sabemos que no fue así.
¿Y qué decir del gran Belgrano? Coraje a toda prueba. Amaneció ese día tan maltrecho por sus muchas dolencias, postrado y con vómitos de sangre, que hizo preparar una carretilla tirada por caballos para el caso de no poder montar. La carretilla no fue necesaria.
4)TRIUNFO DE LA HUMANIDAD Y EL AMOR.
Lo que hizo más grande a Belgrano ese día, lo que lo distinguió de todos los generales pasados y futuros que tuvieron a su cargo acciones de guerra, fue su gran humanitarismo.
Aun victorioso, quiso frenar tanta muerte inútil y tanta sangre de americanos. Téngase en cuenta que el Ejército realista no estaba formado por europeos: hasta su general era americano y la mayor parte de sus hombres provenían del Perú y el Alto Perú, pueblos que Belgrano se proponía liberar.
En vez de dejarse llevar por el deseo de glorias guerreras ("No busco gloria sino la union de los americanos", decía), Belgrano decidió otorgar a los realistas una capitulación honorable.
Esta medida fue muy criticada por quienes, como observaba irónicamente Belgrano, "están lejos de las balas, no ven la sangre de sus hermanos ni oyen los clamores de los infelices heridos". En carta a Chiclana comentaba que todos los días recibía cartas en la que le reprochaban "no haberlos hecho degollar a todos" los vencidos...
Matar a los derrotados, dejar los muertos sin sepultura y clavar cabezas en las columnas miliares de los caminos eran prácticas comunes de los realistas. Del lado criollo, tampoco faltaban los militares sanguinarios. Entre los críticos de Belgrano se anotaron un lider federal como Dorrego y un historiador unitario como Mitre. A la hora de ser sanguinario, no había diferencias entre unitarios y federales, que llenarían la tierra de sangre fracticida en los años posteriores.
Belgrano, como político superior que era, y como hombre de corazón, no estaba dispuesto a degollar a dos mil setecientas personas. Y como no podía mantener prisionero un número tan grande, decidió liberarlos bajo juramento.
El amor es más efectivo que la crueldad y la violencia. Esta medida de Belgrano tuvo un éxito impresionante al cimentar la causa patriota demostrando que la Revolución estaba guiado por más nobles fines. Sólo trescientos juramentados rompieron el juramento. Y los demás se convirtieron en simpatizantes y propagandistas de la causa revolucionaria, provocando con su prédica subterránea la mayor deserción registrada en las filas realistas desde el comienzo de la guerra.
Además, Belgrano mandó rendir honores a los muertos de ambos bandos y recibir cristiana sepultura, como acostumbraba. Nada de degüellos ni cabezas cortadas ni cadaveres abandonados. ¡Compárese a este General humanista con los sanguinarios jefes unitarios y federales que despues vinieron, expertos en cortar cabezas de compatriotas! ¡Compáreselo con el bárbaro Mitre, asesino de paraguayos, o con el bárbaro Roca, asesino de indios! Y ni qué hablar de los bestiales genocidas que vinieron después...
¿Se entiende ahora por qué la educación argentina, manipulada por el Partido Militar y sus acólitos civiles durante décadas, denigró a Belgrano y lo presentó como débil, hjomosexual, inútil y todas las mentiras que sobre él se dijeron? Claro, si hubiera sido un salvaje asesino, seguramente lo habrían considerado un "buen militar". Ser humanitario y respetuoso de la vida no es un buen ejemplo...
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1 comentario:
Hola Javier, muchas gracias por el baño de emoción patria que tu artículo me brindó. La actitud humanista de Belgrano para con sus prisioneros me hizo recordar a Ernesto Che Guevara liberando a sus prisioneros sin maltratarlos, solo haciéndoles jurar que no se volverían a enfrentar con los revolucionarios. Asi como lo de don Manuel el estratega, salvó innumerables vidas y generó una mirada política de los soldados realistas en pro de la independencia, lo de el rosarino Ernesto ofició de imán para que los hijos de los campesinos cubanos se sumaran a los barbudos luchadores por la libertad de Cuba.
Tu artículo sobre nuestro patriota don Manuel me hace sentir dentro mío muchas voces que gritan ¡ Viva la Patria ! y hoy gracias a tus precisiones históricas que muchos nos vienen ocultando desde siempre, entiendo que significa ¡ Viva la América Morena ! Eladio González toto director Museo Ernesto Che Guevara de CABA.
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